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Napoleón (Índice)

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Pratzen

La batalla estaba ganada de antemano. Existía una desproporción considerable entre las fuerzas combinadas de Rusia y Austria y las del ejército francés de Napoleón. Tanto el Zar Alejandro como el Emperador Francisco estaban convencidos de que la fortuna del advenedizo emperador francés estaba por terminar aquel 2 de diciembre de 1805. Pronto toda Europa volvería a ser la misma de antes de la desgraciada revolución de 1789 en Francia.

Y para colmo, Napoleón parecía haber cometido un error táctico de bulto impropio de su talento militar, dejando expedita la colina de Pratzen en el centro del campo de batalla, para que fuera ocupada por el enemigo. Tropas aliadas habían ocupado este lugar estratégico durante la tarde y la madrugada anterior, y ahora aguardaban bajo una densa niebla mientras el resto del ejército atacaba a los franceses por los flancos, sobre todo por su flanco derecho, que ocupaba la ruta hacia Viena. Tal como los comandantes aliados esperaban, las fuerzas francesas eran débiles y no hacían más que retroceder, así que fueron reforzando el ataque enviando tropas de refuerzo desde la colina de Pratzen. Pronto habrían rodeado a los franceses y ganado aquella sencilla batalla. Entonces, sobre las nueve de la mañana, la niebla se disipó y salió el Sol.

Los soldados aliados que ocupaban la colina de Pratzen observaron espantados cómo entre jirones de niebla aparecían miles de franceses que avanzaban decididos hacia ellos como salidos de la nada. A medida que se deshacía la niebla iban apareciendo más y más columnas de infantería francesa que aclamaban al Sol con fuertes gritos de entusiasmo.  El mismo Zar Alejandro exclamó que los soldados franceses parecían haber salido del cielo, a lo que un ayudante de campo respondió que más bien  aparecían del Infierno. Pocos minutos más tarde el centro del ejército aliado había desaparecido devorado por el avance francés, y aunque aún restaban largas horas de combates, la Batalla de Austerlitz ya estaba decidida en favor de Napoleón.

Batalla de Austerlitz, por François Gérard

Dos días más tarde, mientras aún eran recogidos del campo de batalla los cadáveres de más de veinte mil austriacos y rusos, el Emperador Francisco I de Austria firmaba la Paz de Pressburg con las condiciones impuestas por Napoleón, perdiendo gran parte de sus posesiones en Alemania y la totalidad de Italia, incluida Venecia. El Zar Alejandro se retiró más allá de las fronteras de Rusia y ya no volvió a dirigir a un ejército en batalla. Aún le quedaban por lamentar muchas derrotas importantes contra el pequeño emperador corso, y aún debía verle ocupar el mismísimo Kremlin años más tarde.

Napoleón celebró su victoria arengando a sus tropas en el aniversario de su coronación:

Soldados: Estoy satisfecho de vosotros. 
En la Batalla de Austerlitz habéis justificado todo lo que esperaba de vuestra audacia. Habéis decorado vuestras águilas con una gloria inmortal.
Una armada de cien mil hombres, comandada por los emperadores de Rusia y Austria ha sido descuartizada y dispersada en menos de cuatro horas. De este modo, la Tercera Coalición contra Francia ha sido vencida y disuelta.
Ahora la paz no puede estar lejos, pero sólo haremos esa paz cuando nos ofrezca garantías de futuro y asegure las recompensas a nuestros aliados.
Cuando obtengamos todo lo necesario para asegurar la felicidad y la prosperidad de nuestro país, yo os llevaré de vuelta a Francia. Mi pueblo os recibirá de nuevo con entusiasmo. Para cada uno de vosotros será suficiente con decir: “Yo estuve en la Batalla de Austerlitz”, y todos vuestros conciudadanos exclamarán: “Ahí va un valiente”.

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pratzen.txt · Última modificación: 2023/04/11 20:15 (editor externo)

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